El malvivir en mi
vida mundana
bienvenido no es,
desde luego.
El reír y bailar solo
quiero
y de pasión
inapagable fuego.
La tristeza no tiene
cabida.
No la traigas a mí,
te ruego.
Sino ven con una
sonrisa,
compártela aquí,
junto al fuego.
Evitar de llorar no
se puede,
es de amor el dulce
juego.
Pero ahora estoy
disfrutando,
hablemos de eso
luego.